Taburetes Tapizados
La correcta elección del mobiliario de hosteleria es fundamental para reforzar la propuesta estética del establecimiento. Además, es determinante para diferenciarlo de la competencia. Los taburetes tapizados llaman la atención de los clientes, tanto por inusuales como por la imagen de lujo y confort que ofrecen.
Los taburetes para hosteleria cumplen dos funciones principales. Por un lado, contribuyen a configurar la imagen de marca del local, y por otro, son una pieza decisiva para enganchar a la clientela.
En este sentido, la comodidad del asiento es muy importante. Las tapicerías impiden que las personas se resbalen, son más cálidas y mejoran la ergonomía de la silla. Un cliente sentado cómodamente quiere quedarse más rato, consume más y desea volver próximamente.
Taburetes para bares: un signo de distinción
Por lo que se refiere a la imagen del local, los tapizados añaden un extra de calidad. Si la estructura de la silla suele elegirse en consonancia con el estilo decorativo del bar, la tapicería aporta el espíritu moderno, alegre, sosegado, innovador, tradicional... Esto se consigue a través de la textura y el color del tejido. El blanco, por ejemplo, es perfecto para locales modernos y minimalistas, mientras que los colores vivos contribuyen a crear espacios más desenfadados y la piel los hace más sofisticados y elegantes.
Prácticos y polivalentes
En el caso de los taburetes para restaurantes, hay que prestar especial atención a la comodidad, ya que los clientes suelen pasar bastante tiempo sentados. Así, puede resultar interesante elegir entre los modelos con brazos o los regulables en altura.
Los taburetes tapizados suelen llevar un revestimiento de goma espuma, que los hace más mullidos. Además, la tapicería alarga la vida útil de la silla. Cuando la tela se deteriora, basta con cambiarla para que el taburete luzca como nuevo. Y lo mismo sucede cuando queramos adaptar la decoración a las tendencias del momento.
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